El Racing borra la aureola de San Mamés
El Racing de Marcelino escribió su página más brillante de la historia en el mejor de los escenarios, entre la magia de una 'Catedral' que tuvo la hazaña en las manos, pero que vio cómo los cántabros osaron arrebatarle el sueño a uno de los clásicos de la competición. Amorebieta y Muñoz, desde los once metros, igualaron la eliminatoria antes de lo previsto, aderezando la batalla con la tensión y singularidad que hizo grande al torneo del K.O.
Duscher, ya en la segunda parte, giró un marcador que respondió un suspiro después con un tanto de Susaeta que dejaba todo en liza. Tchité, en el 27' de la segunda, hizo el tercero y Serrano, en la prolongación, firmaron la proeza de un equipo para soñar y disfrutar por Santander.
La pizarra de Marcelino y 'su' Racing atrevido, estudioso y descarado fulminaron la magia de San Mamés. La noche de época con la que soñaba Caparrós y todo Bilbao pasó a mejor vida por culpa de un equipo que mantuvo la compostura, aguantó el tipo en los malos momentos y golpeó cuando más duele.
En su salsa
El Athletic apeló a lo de siempre, a lo que le hizo grande y diferente en tiempos pasados, para obrar un milagro que rozó. Igualó la eliminatoria pero, bordeando el horizonte, no pasó una barrera añorada en '
Con la batalla en tablas, el Athletic encontró su sitio en un partido que le venía como anillo al dedo, al que le plantó cara el enemigo. El choque, entre más corazón que cabeza, tomó tintes de clásico, de duelo de poder a poder, sin miramientos. Los de Marcelino, tras el paso por vestuarios, se encargaron de destrozar el guión y girar el asunto.
Ovaciones justas y merecidas
Tras el descanso se tomaron unas precauciones que se borraron con el gol de Duscher. El argentino, no muy habitual en estas lides, finalizó con el interior, con gusto, una jugada visitante que devolvió al Athletic al estado inicial. Susaeta, en la jugada siguiente, cogió aire batiendo a Coltorti y recuperando la ilusión de San Mamés en muy poco tiempo.
Los de Caparrós, andando sobre el alambre, a un gol de la gesta, volvieron a ser golpeados más allá del ecuador de segunda mitad, después de no atreverse Rubinos a pitar otro penalti para los locales. Una jugada ensayada de libro le sirvió al Racing para acercarse a unas semifinales que ya le esperaban. Los de Santander marcaron el gol entre semana. Tchité finalizó la obra de arte y se llevó el dedo a la boca, callando a un estadio rojiblanco que ya no superó el trance.
Caparrós tiró de Aduriz para sacar a los suyos de un estado de 'shock' que tuvo su epílogo en la prolongación, con el puñal de Óscar Serrano. '
Crónica extraida de marca.com . Delfín Melero